Como manta sinterizada, el carburo de tungsteno se dispersa en una matriz de níquel, cromo y boro y se puede aplicar en las más diversas formas y tamaños, a temperaturas de hasta 1030°C (picos de 1093°C).

 

Con una dureza promedio de 72 HRC y una unión metalúrgica mayor a 70,000 PSI, presenta baja dilución, manteniendo las propiedades del material base.

 

Tiene una excelente resistencia a la abrasión, erosión y corrosión, combinada con resistencia al impacto. Es extremadamente resistente al astillado, agrietamiento y desportillado. Libre de porosidad y grietas, garantiza una superficie sólida debido a su alta unión intergranular. 

 

Se aplica comúnmente en espesores de 0,5 a 3,2 mm, pero puede tener superficies más gruesas según solicitud específica. Tiene un peso específico promedio de 12 g/cm3 y presenta buena conductividad térmica.

 

No existe mejor material para la erosión y es la mejor solución para su uso en bombas y ventiladores de proceso.